Por: John MacArthur y Nathan Busenitz

¿Cómo debemos vivir? 

El reconocido apologeta cristiano Francis Schaeffer lanzó esta pregunta hace medio siglo y se convirtió en el título de una serie de vídeos que Schaeffer produjo a finales de los años 70. En esa serie documentó el desarrollo y la decadencia de la civilización occidental, enfocándose en el declive desde la ilustración hasta los tiempos modernos.

La pregunta central de Schaeffer fue oportuna entonces, pero también trasciende cualquier época y es pertinente hoy. Todos los seguidores de Jesucristo deben preguntarse cómo deberían vivir a fin de glorificar a Dios y andar en sus caminos. El apóstol Pedro planteó una cuestión similar en 2 Pedro 3:11 cuando preguntó a sus lectores: ¿Qué clase de personas deberían ser? Pedro lanzó ese cuestionamiento en un momento en que la iglesia era perseguida. Sus palabras tocan una fibra sensible en nuestra realidad presente porque nos encontramos en una sociedad cada vez más hostil. El antagonismo de nuestra cultura contra las normas bíblicas y los valores cristianos va en constante aumento. A medida que empeora el mundo a nuestro alrededor, ¿cómo debemos pensar, hablar y actuar? 

La decadencia de nuestra cultura ha sido vertiginosa. En las décadas recientes hemos sido testigos de una espiral sin precedentes de deterioro moral. Las principales personas de influencia en el mundo rechazan abiertamente la noción de absolutos morales y, a cambio, prefieren intercambiar la verdad de Dios por cualquier noción que les parezca correcta. Como resultado, Dios ha entregado nuestra sociedad a pasiones degradantes que se caracterizan por la inmoralidad, el egocentrismo y el orgullo. Como cristianos, estamos confrontados con la necesidad de evitar la corrupción al tiempo que navegamos por las complejidades de una cultura sumida en el caos. La descripción de Pedro acerca de Lot en 2 Pedro 2:7-8 sintetiza nuestra experiencia. Mientras vivía en Sodoma, Lot vivía “abrumado por la nefanda conducta de los malvados (porque este justo, que moraba entre ellos, afligía cada día su alma justa, viendo y oyendo los hechos inicuos de ellos)”. 

Esto nos lleva de vuelta a la trascendental pregunta de Schaeffer. Estando en una sociedad que celebra el pecado y se burla de la verdad bíblica, ¿cómo debemos vivir? Si esperamos demostrar un razonamiento correcto y una vida correcta, debemos volvernos a la Palabra de Dios. Su Palabra ilumina nuestro camino en la oscuridad (Sal. 1:1-3). Las Escrituras nos revelan las buenas nuevas del evangelio (Stg. 1:21). Son el medio que usa el Espíritu para hacer crecer en nosotros la santidad (1 P. 2:1-3). Y son el arma que Dios nos ha dado para combatir la tentación y el error (Ef. 6:17). Al centrar nuestro corazón y nuestra mente en la revelación divina, nos afirmamos en la verdad (Jn. 17:17). De modo que si hemos de pensar y actuar correctamente, debemos ajustar nuestra vida a las normas inmutables de la Palabra de Dios. 

En las páginas siguientes examinaremos las tendencias contemporáneas y los temas culturales a la luz de las Escrituras. Los temas incluyen el secularismo, el relativismo, el ambientalismo, la teoría crítica de la raza (en inglés, critical race theory o CRT), el transgenerismo, la homosexualidad, la educación, la epistemología, las redes sociales, las citas amorosas y el matrimonio, las extralimitaciones del poder gubernamental, la tecnología y el culto cristiano, la apostasía espiritual y nuestro testimonio cristiano a los ojos del mundo que observa. Nuestra oración es que la lectura de cada capítulo te prepare para pensar de manera bíblica acerca de cada tema. 

A pesar de que nuestra cultura se encuentra en un estado de caos, la claridad de la Palabra de Dios quita toda confusión. Ella afirma nuestras convicciones, aviva nuestro valor y gobierna nuestra conducta. Nos muestra cómo debemos vivir. Solo cuando renovamos nuestra mente con la verdad divina podemos proteger nuestro corazón de la contaminación que nos rodea (Sal. 119:9-11). Ten muy presente la exhortación de Pablo en Romanos 12:2: “No os conforméis a este siglo, sino transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento, para que comprobéis cuál sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta”. Que este sea tu anhelo en tu objetivo de pensar y actuar de maneras que glorifiquen al Señor.

Extraído del libro Respuestas bíblicas para una cultura en caos.